Entre las metas que se ha impuesto la Organización Mundial de la Salud, la reducción del consumo de sal en las personas es una de las más importantes.
Esto, pues según esta organización, bajar el consumo de este producto a la mitad permitiría que 30 millones de habitantes del continente americano "evitaran las condiciones de hipertensión, además de la reducción de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares", afirmó James Hospedales, epidemiólogo y asesor en la Unidad de Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la Organización Panamericana de la Salud, ente asociado a la OMS.
La hipertensión es el principal factor resultante en más de 7 millones de muertes tempranas.
Además, Hospedales acotó que el problema no radica en la sal en sí, pues es una sustancia necesaria para un óptimo funcionamiento del organismo humano, pero de la cual el ser humano sólo necesita pequeñas cantidades.
Los consumos peligrosos de sal son aquellos que superan los cinco y seis gramos por día, pues aumentan la presión arterial y consecuentemente los riesgos de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas.
Lo recomendable es no consumir más de 2400 miligramos (mg) de sal al día. Por esta razón, es muy importante leer todas las etiquetas de todos los alimentos que se consumen, para no sobrepasar este límite, porque muchos alimentos procesados cuyo sabor no es salado, tienen grandes cantidades de sal.